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Académico de AcústicaUACh dictó cátedra en Ecuador sobre contaminación acústica en latinoamérica

En el Simposio Internacional de Acústica Ambiental y Gestión de Ruido de la Universidad de Las Américas de Ecuador, fue invitado el destacado académico de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería, Dr. Enrique Suárez.

[Fuente: Entrevista extraída del sitio oficial UDLA- Ecuador ]

Durante su presentación a estudiantes de las carreras de Ingeniería en Sonido y Acústica ecuatorianos, el Dr. Enrique Suárez centró su exposición en la conceptualización del problema del ruido, la experiencia chilena en el abordaje de la contaminación acústica en ciudades y los desafíos que aún quedan en los ámbitos científico, cultural y de política pública latinoamericana.

¿Qué se debe hacer en América Latina para concienciar sobre el ruido?

En Chile, por ejemplo, no existe legislación que establezca la obligación de que las administraciones tengan sus mapas de ruido, sin embargo, el Ministerio del Ambiente lleva más de 10 años desarrollando estas herramientas. Ese es un buen ejemplo de que no es necesario tener legislación para avanzar en un tema. Así que es necesario identificar que los mapas permiten sensibilizar o visibilizar un problema invisible. Es distinto a lo que pasa con los vehículos que dejan una emisión de humo o de gases, allí puedo identificar que no es saludable y puedo explicar a las personas que ese aire que respiramos es malo.

¿Qué hacer entonces con el ruido?

No podemos hacer lo mismo porque no se ve, sin embargo, para eso existen los mapas de ruido donde se evidencia el problema y es una herramienta didáctica que se vuelve cercana a las personas. Por otro lado, está la escala de decibeles que no es lineal y, por tanto, las personas pueden decir que entre 50 y 80 no hay mucha diferencia, pero auditivamente, no siempre tenemos la misma sensación, así que no es posible determinar si es es mucho o poco. Entonces cuando esa información comienza a ser más cotidiana la gente empieza a prestar mayor interés al tema de ruido.

¿Cómo funcionan los mapas de ruido?

Los mapas de ruido son una fotografía que debería actualizarse cada cinco años, entonces no es una herramienta estática sino dinámica. Son costosos para los países latinoamericanos, y no tanto para los europeos, y para desarrollarlos se requiere mucha información que no está disponible, pero nosotros (los especialistas) estamos llamados a encontrar la forma de solucionarlo.

Lo que hemos hecho en la Universidad Austral y, sé que también lo han hecho aquí en la UDLA, es establecer ciertos criterios de selección de información, optimizar para obtener mapas de ruido de buena calidad ambiental, que están orientados principalmente a generar futuras legislaciones. Sin embargo, esto no es algo inmediato, sino que se trabaja con un horizonte de mediano y largo plazo, porque los problemas de ruido en la ciudad no son fáciles de solucionar.

¿Cuál debería ser el primer paso?

Uno puede empezar a visualizar el problema a través de los mapas de ruido y siendo más conscientes. No es necesario tener grandes normativas porque estas se pueden quedar almacenadas, lo importante es poder acercar el problema a la gente.

¿Y, cómo concienciar a las personas sobre este tema?

Se puede aprovechar ciertos hitos que aparecen a nivel internacional, por ejemplo, el último miércoles de abril que se celebra el Día de Concienciación sobre el Ruido Ambiental. En Chile, se han dado cuenta que este si es un problema cercano a las personas cuando se comunica y se comunica bien, con información respaldada, obtenida con equipos certificados. Y así, desde lo académico también se hace más fácil dirigir estudios, hacer investigaciones, y a nivel social lo que se pretende es generar calidad de vida para las personas. (DB)