+56 632 22 1339 acustica@uach.cl
En MediosInvestigación

DIARIO EL MERCURIO: A TRAVÉS DE SU SONIDO BUSCAN DAR A CONOCER EL VALOR ECOLÓGICO DE LOS HUMEDALES

Diario El Mercurio. Jueves 07 de Enero de 2021. Proyecto del Centro de Innovación 14K de la U. Austral.

Expertos ya tienen más de un año de grabaciones en el Parque Urbano El Bosque, Miraflores y Angachilla, todos en Valdivia. Estas se tradujeron en registros en la web que permiten escuchar a aves y anfibios en su ambiente natural

Fuente: https://digital.elmercurio.com/2021/01/07/ME-I/9A3TCRA6#zoom=page-width

“A través de escuchar el sonido de la naturaleza se puede generar un tipo de sensibilidad diferente a la visual en las personas”. Así lo asegura Felipe Otondo, investigador del 14K, nuevo Centro de Innovación, Emprendimiento y Tecnología de la U. Austral.

A este valdiviano le preocupa el futuro de los humedales que rodean su ciudad, en especial porque la gente tiende a tirar basura en ellos y también porque hay una fuerte presión urbana. “La idea que tuvimos con unos colegas de la escuela de Arquitectura y Urbanismo fue buscar una forma alternativa de acercarnos a estos espacios”, dice Otondo, quien además trabaja en el Laboratorio de Arte y Tecnología del Instituto de Acústica de la UACh.

Soy compositor y llevo mucho tiempo dedicado al tema del sonido con registros de campo y por eso se me ocurrió la idea de hacer un timelapse de sonidos ambientales, es decir, un soundlapse”.

Y agrega: “Decidimos registrar el sonido por largos períodos en estos humedales, donde parece que no hay mucha actividad de flora y fauna pero, al hacer un resumen de esos períodos, aparece mucha actividad, que no es muy evidente de buenas a primeras. La idea es tomar pequeños extractos de sonidos e ir superponiéndolos de una manera que el oído no perciba que van cambiando de uno al otro”.

Además de ruido ambiente, como el agua, las hojas o el viento, lo que más han registrado son sonidos de aves. Su actividad es especialmente notoria entre las cinco y las seis de la mañana.

Trabajamos con un ornitólogo que ha detectado más de veinte especies distintas”, detalla. Entre las especies que se escuchan están la paloma araucana, el colibrí austral, la bandurria, la cachaña, el cachudito, el diucón, la golondrina, el zorzal y el jilguero.

Otondo explica que es posible identificar fácilmente a cada especie dependiendo del rango de frecuencia en el que canta. Además de aves también han logrado registrar algunos anfibios, especialmente entre febrero y abril, que es el período de reproducción, pero aun no han estudiado de qué especies se trata. En algunos humedales además se escuchan vacas y perros.

Ruido de la ciudad

En el registro el tiempo está comprimido. “Por ejemplo, tomamos 24 horas y de cada hora extrajimos 10 segundos y eso se traslapa en conjunto de manera que se va mimetizando auditivamente, porque mientras baja un sonido se intensifica el segundo. Eso genera transiciones súper sutiles entre cada una de las 24 muestras”.

El resultado es una cápsula auditiva (ya hay doce en la web, que van de uno a diez minutos de duración y se preparan más) que genera la sensación de una gran variación y diversidad de sonidos, porque si bien de minuto a minuto no se percibe tanto cambio, sí es notorio cuando es de hora a hora.

En https://soundlapse.net/category/videos y https://soundlapse.net/videos-360 están disponibles los ejemplos del proyecto en que se ha sincronizado imagen con el audio captado. “Eso ayuda porque lo sonoro resulta un poco abstracto para las personas que no están acostumbradas a escuchar grabaciones de este tipo por varios minutos”, dice. Así se puede percibir, por ejemplo, la variación del sonido al amanecer, desde que está oscuro hasta la salida del sol.

En más de un año ya han grabado en tres humedales distintos: Parque Urbano El Bosque, Miraflores y Angachilla. “En los que están más cerca de la ciudad es notorio el mayor ruido de tráfico y de actividad industrial lo que tiende a opacar el ruido natural”, reconoce Otondo.

El proyecto cuenta con el apoyo de la Anid a través de un Fondecyt de tres años. “Trabajamos con un equipo que hace la programación del algoritmo (que realiza las grabaciones sonoras). Vamos a desarrollar aplicaciones más concretas y mejorar el sistema para hacerlo más inteligente. Hoy toma muestras en cualquier momento, pero sería súper interesante a través de inteligencia artificial que el algoritmo aprendiera y fuera tomando muestras cuando hubiese actividad de cierto tipo de aves. Así el soundlapse sería más selectivo”, dice.

Arte y educación

La iniciativa también incluye una parte más creativa que está tratando de hacer obras artísticas inmersivas con los sonidos captados, cuenta Felipe Otondo. Otro componente que buscan desarrollar es el educativo. “Queremos desarrollar aplicaciones con chicos que presentan discapacidad visual”, adelanta.

Los bosques y la naturaleza son también importantes para la recreación y el bienestar mental.